Mis lunas

MI LUNA LLENA EN LIBRA

La Luna estaba en Libra cuando yo nací, y esta tarde va a alcanzar la plenitud desde esos cielos; eternos opuestos del incendiario Aries. 


En esta ocasión llega fuerte. Hacía tiempo que no la sentía así. Físicamente me está dejando para el arrastre. Me duele la cabeza, tengo multitud de mareos, y mi estómago también anda dándome toques de atención. Quizá deba vigilar que no sea una nueva intolerancia alimentaria, ya que las molestias físicas siempre se acrecientan con las lunas para que seamos conscientes de ellas. Me observaré.


Sin duda, lo más notable está siendo las enormes molestias de mi Luna roja que está al llegar; y que lleva días avisando y quejándose. Sí. Quejándose. El jueves acudí a una revisión ginecológica y, una vez más, mi vagina, mi útero, y todo mi aparato femenino en general, fueron tratados como si fuese ganado. Si ya de por sí opino que el trato que se les da a los animales es vejatorio, imagina cuando también nos tratan así a las mujeres. Horrible.


Estoy muy enojada desde hace años con ese maltrato ginecológico y obstétrico que sufrimos. Es indignante que, en pleno siglo XXI, y en un país supuestamente desarrollado (algo que cada día dudo más), la humanidad brille por su ausencia. Dos de mis emociones primarias salen a avisarme de que no es normal: el asco y la ira; y, lejos de querer huir o evitar, lo que me dan ganas es de defenderme y atacar. No es justo y ya deberían de haber tomado cartas en el asunto, sean quienes sean los que se encarguen de ello.

Parece que el llevar muchos años ejerciendo de algo te otorga el beneplácito de ponerte la corona de laurel de los dioses del Olimpo; la cual está tan cargada de vanidad irrespetuosa, que acaba por taparle los propios ojos; volviéndose un ser insensible y mecanizado. ¡Basta ya, por favor!


Por lo demás, justo en estos momentos voy camino de las tierras del norte. Será una breve visita por cuestiones laborales pero, sin duda, sé que me va a cargar de buenas energías. Aquella tierra siempre lo hace; y esta noche veré a la Luna desde un lugar precioso y privilegiado. Espero que tú también lo hagas y disfrutes de su belleza equinoccial. 


Te quiero, siempre. No lo olvides.

Sabrina, de Mis cosas de Bruja

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